quarta-feira, 7 de setembro de 2011

Inception


Cambiar mentalidades tarda mucho tiempo, es muy difícil porque como dice y bien Leonardo Dicaprio en la película Inception, no hay nada en el mundo más poderoso que una idea. Fue esa la estrategia utilizada en Cuba como base de nuestro adoctrinamiento, se nos implantó la idea de que antes de 1959 nuestro país era una pobre isla con un nivel de pobreza por cima de la media, que los imperialistas yanquis habían hecho de nuestra capital un burdel a sus servicios y que solo aniquilándolos seriamos libres y prósperos. Nos hicieron creer que aquellos barbudos revolucionarios eran nuestros héroes y que toda una vida sería poco para agradecerles todo lo que habían hecho por nosotros.   

Después todo fue simple, con el poder en las manos y con un pueblo agradecido a sus pies, era pertinente y yo diría que urgente, reescribir la historia de cuba. Apagaron de la memoria colectiva los logros de mi Isla hasta entonces (y no eran pocos), reinterpretaron a su conveniencia obras literarias y pensamientos de ídolos cubanos como José Martí con la intención de hacernos creer que nuestro apóstol nacional compartía las ideas comunistas que nos eran impuestas 100 años después de su muerte, construyeron un nuevo héroe con todos los ingredientes revolucionarios que les eran convenientes  (lucha incansable contra el imperialismo, ejemplo de coraje y resistencia a las adversidades, etc) y nos lo vendieron con el nombre de Ernesto Che Guevara.  Luego otros factores fueron decisivos para mantenernos en ese limbo revolucionario  por tanto tiempo;  en mi opinión el hecho de Cuba ser una Isla y por consiguiente carecer de fronteras terrestres lo que dificulta la circulación de información de personas y de bienes. La disponibilidad histórica de la antigua Unión Soviética en adoptar (léase, sustentar económicamente)  una provincia cerca de los EUA, Cuba. El dominio oficialista de todas las fuentes de rendimientos familiares a través de la privatización de todas las industrias, de el sistema financiero y de los medios de comunicación. Como complemento final “la cereza sobre el cake” una mano dura con los inconformes. El código penal y la constitución fueron  concebidos cargados de la ideología naciente, constituyeron el broche de oro del régimen,  acomodados a sus intereses represivos y a su intolerancia, legitimaron todos los actos violadores de los derechos fundamentales de los cubanos.


Esta es una visión simplista de un complejo proceso que ya dura más de 52 años, pero dejo en manos de  los especialistas una análisis más profunda, mi objetivo es apenas exteriorizar aquello que, en mi humilde opinión, fueron las armas del régimen para esclavizarnos.  Urge que quién no lo sepa lo pase a saber y quien nunca pensó en el asunto lo haga, para que cuando nos pregunten “que le pasó a Cuba?”  sepamos responder  o por lo menos hayamos reflexionado sobre el tema. Muchos de nosotros piensa que juntamente a nuestros actos necesitamos la opinión pública internacional de nuestro lado y es que  para que eso suceda hay que dar a conocer cómo fue que llegamos hasta aquí y porque muchos parecen querer seguir,  hay que explicar a quién esté interesado en saber que pasó en Cuba. No es cosa de locos ya he sido confrontada con estas preguntas muchas veces, principalmente por europeos que no conocen nuestra historia.

Había Cuba antes de la dictadura y habrá después de ella, los que estamos sabremos honrar a los que ya no están y castigar a los responsables, esa es mi esperanza!.  

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